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QUETIDIN

Laboratorio Drugtech Medicamento / Fármaco QUETIDIN

Antipsicótico.

Composición.

Quetidin 25 mg: Cada comprimido recubierto contiene 28,900 mg de quetiapina fumarato equivalente a 25 mg de quetiapina, excipientes c.s.p. Quetidin 100 mg: Cada comprimido recubierto contiene 115,500 mg de quetiapina fumarato equivalente a 100 mg de quetiapina, excipientes c.s.p. Quetidin 200 mg: Cada comprimido recubierto contiene 231,000 mg de quetiapina fumarato equivalente a 200 mg de quetiapina, excipientes c.s.p.

Farmacología.

El mecanismo exacto de la acción antipsicótica de la quetiapina es desconocido. Sin embargo, este efecto puede ser mediado a través del antagonismo de los receptores de tipo 2 de la dopamina (D2) y de tipo 2 de la serotonina (5-HT2). La quetiapina es un antagonista de los receptores 5-HT1A y 5-HT2 de la serotonina, D1y D2de la dopamina, H1de la histamina y alfa1y alfa2adrenérgicos. No tiene afinidad significativa por los receptores colinérgicos muscarínicos o benzodiacepínicos. Los efectos asociados de somnolencia e hipotensión ortostática pueden explicarse por su antagonismo de los receptores H1de la histamina y alfa1adrenérgicos, respectivamente. Se piensa que puede tener un efecto antiemético consistente con su antagonismo de los receptores dopaminérgicos. Farmacocinética: Se absorbe bien y rápidamente; los alimentos incrementan la concentración plasmática en 25%. Se distribuye extensamente en el cuerpo. La unión proteica es de 83%; no altera la unión de la warfarina o del diazepam a la albúmina sérica humana in vitro. Se metaboliza extensamente en el hígado por las isoenzimas del citocromo P450 3A4 (CYP3A4) a metabolitos inactivos. El tiempo de vida media de eliminación es de 6 a 7 horas. El tiempo para la concentración plasmática pico es de 2 horas. Su farmacocinética es lineal con dosis clínicas en el rango de 50 a 600 mg por día y es similar en ambos géneros y en fumadores y no fumadores. El 73% de la dosis se elimina por vía renal y el 20% por vía fecal.

Indicaciones.

Tratamiento de los trastornos psicóticos incluyendo a la esquizofrenia. La eficacia de la quetiapina por más de 6 semanas no ha sido evaluada en ensayos controlados.

Dosificación.

Debido a que la posibilidad de suicidio es inherente a la esquizofrenia, los pacientes no deben tener acceso a cantidades grandes de quetiapina. Para disminuir el riesgo de sobredosis, se debe abastecer al paciente con la cantidad más pequeña de medicación necesaria para el manejo satisfactorio. La quetiapina puede administrarse con o sin alimentos, con el estómago lleno o vacío. Los alimentos incrementan marginalmente la absorción de la quetiapina. Vía oral. Dosis usual de adultos: Antipsicótico: Inicialmente 25 mg (base) 2 veces al día, con incrementos de 25 a 50 mg (base) 2 ó 3 veces al día hasta un rango de dosis objetivo de 300 a 400 mg (base) al día, en dosis divididas administradas 2 ó 3 veces al día, del 4° al 7° día. Puede realizarse ajustes adicionales de la dosis en incrementos o decrementos de 25 a 50 mg (base) 2 veces al día con intervalos de 2 días. Algunos pacientes pueden requerir una dosis tan pequeña como de 150 mg al día. Nota: En pacientes geriátricos y en pacientes con alteración de la función hepática, predisposición a una hipotensión u otro debilitamiento, debe considerarse una titulación más lenta de la dosis y una dosis objetivo menor. Un estudio de dosis-respuesta no encontró que las dosis por encima de 300 mg (base) al día sean más eficaces que una dosis de 300 mg (base) al día. Cuando se reinstituye la terapia con quetiapina en un paciente que ha discontinuado la quetiapina por más de 1 semana, debe seguirse el esquema de titulación inicial. Si la discontinuación ha sido por menos de 1 semana, puede reinstituirse la quetiapina a la dosis de mantenimiento previa. Límites usuales de prescripción en adultos: 800 mg (base) al día. Dosis pediátrica usual: Antipsicótico: No se ha establecido la seguridad ni la eficacia de su empleo.

Contraindicaciones.

Está contraindicado el uso de antipsicóticos atípicos o de segunda generación en pacientes ancianos con demencia y que manifiestan psicosis o cambio en el comportamiento de tipo psicótico. Los estudios clínicos con estos fármacos en esta población han mostrado una mayor tasa de mortalidad asociada a su uso en comparación con los pacientes que recibían placebo. Excepto bajo circunstancias especiales este medicamento no debe ser utilizado cuando existan los siguientes problemas médicos: Hipersensibilidad a la quetiapina. Debe considerarse el riesgo/beneficio de su empleo cuando existan los siguientes problemas médicos:Demencia de Alzheimer (la disfagia asociada con el uso de medicamentos antipsicóticos puede incrementar el riesgo de neumonía por aspiración; riesgo incrementado de convulsiones debido a un menor umbral convulsivo en la demencia de Alzheimer). Cáncer de mama o historia de ella (aunque no se ha demostrado elevación de las concentraciones de prolactina en los ensayos clínicos con quetiapina, estas elevaciones han ocurrido con otros medicamentos antipsicóticos y en estudios en animales con quetiapina; se ha encontrado que un tercio de los cánceres de mama en humanos son dependientes de la prolactina in vitro). Enfermedad cardiovascular, incluyendo: Anormalidades de la conducción; insuficiencia cardiaca; infarto o isquemia del miocardio, o historia de ello; enfermedad cerebrovascular; condiciones que predispondrían a una hipotensión, incluyendo: deshidratación; hipovolemia (la hipotensión ortostática puede ser exacerbada o puede exacerbar condiciones cardiovasculares o cerebrovasculares preexistentes; si ocurre hipotensión durante la titulación de la dosis, se recomienda que se regrese al nivel previo; la deshidratación puede predisponer al paciente a un incremento de la temperatura corporal central y los medicamentos antipsicóticos pueden alterar la capacidad del cuerpo para disminuir su temperatura central, incrementando el riesgo de un choque de calor). Abuso o dependencia de drogas, o historia de ello (debe observarse cercanamente a los pacientes por signos de mal uso o abuso de quetiapina, como se hace con cualquier medicación nueva que actúe sobre el SNC). Alteración de la función hepática; o alteración severa de la función renal (puede incrementar las concentraciones sanguíneas de la quetiapina; puede necesitarse un ajuste de la dosis especialmente en el periodo de dosificación inicial). Hipotiroidismo (ha ocurrido disminución de la tiroxina (T4) total y libre durante los ensayos clínicos). Convulsiones o historia de ellas (rara vez han ocurrido convulsiones durante los estudios previos al mercadeo de la quetiapina; debe utilizarse con cuidado en pacientes con historia de convulsiones o con una disminución del umbral convulsivo).

Reacciones adversas.

Nota: Se ha asociado disturbios de la regulación de la temperatura corporal con el uso de otros agentes antipsicóticos. Se aconseja cuidado al administrar quetiapina a pacientes que experimentarán condiciones que contribuyan a una elevación de la temperatura corporal central, tales como el ejercicio extenuante, la exposición a un calor extremo, la deshidratación o el tratamiento concomitante con medicamentos anticolinérgicos. El síndrome neuroléptico maligno (SNM) se ha asociado con el uso de agentes antipsicóticos. Durante los ensayos clínicos con quetiapina se ha comunicado de 2 posibles casos. El SNM es un complejo sintomático potencialmente fatal que puede incluir: Híperpirexia; rigidez muscular; estado mental alterado; e inestabilidad autonómica que se ve como un pulso o presión sanguínea irregular, taquicardia, diaforesis y disritmia cardiaca. También pueden ocurrir una elevación de la creatincinasa, mioglobinuria (rabdomiólisis) e insuficiencia renal aguda. El diagnóstico diferencial debe excluir una enfermedad médica seria, tal como una neumonía o infección sistémica, que se presente conjuntamente con efectos extrapiramidales, así como toxicidad anticolinérgica central, choque de calor, fiebre por fármacos y patología primaria del SNC. La discinesia tardía, un síndrome de movimientos involuntarios, discinéticos, potencialmente irreversible, se ha descrito en pacientes que toman otros medicamentos antipsicóticos. Ocurre más frecuentemente en pacientes ancianos, especialmente mujeres. El riesgo de desarrollar el síndrome o de experimentar efectos irreversibles parece incrementarse con la duración del tratamiento y la dosis acumulada total, aunque puede desarrollarse en cualquier momento durante la terapia antipsicótica. No existe un tratamiento conocido para esta entidad, aunque puede ocurrir una remisión parcial o completa cuando se retira el medicamento antipsicótico. Alternativamente, la medicación antipsicótica puede suprimir los signos del síndrome, enmascarando el proceso subyacente. Por estas razones, la quetiapina debe utilizarse sólo en aquellos pacientes con una enfermedad crónica que responde a la medicación antipsicótica y para la cual no hay tratamientos potencialmente menos dañinos disponibles o apropiados. También, debe utilizarse la dosis efectiva menor y debe evaluarse periódicamente la necesidad de continuar con el tratamiento. Aquellas que indican la necesidad de atención médica: Incidencia menos frecuente. Disartria; disnea; síntomas extrapiramidales parkinsonianos (dificultad para hablar o deglutir; pérdida del control del balance; cara como máscara; andar pesado; movimientos lentos; rigidez de los brazos o piernas; temblor y sacudidas de las manos y dedos); síntomas semejantes a la gripe (fiebre; escalofríos; dolores musculares); leucopenia (fiebre; escalofríos; dolor de garganta); hipotensión ortostática (mareos, aturdimiento o desmayos, especialmente al incorporarse desde una posición de sentado o echado); edema periférico; exantema. Incidencia rara. Cambios en el cristalino de los ojos (usualmente asintomáticos); galactorrea (en mujeres); hipotiroidismo (pérdida del apetito; ganancia de peso; piel seca, hinchada; cansancio); hipotensión; cambios menstruales; síndrome neuroléptico maligno (ver Notaal inicio); convulsiones; taquicardia. Nota: Los cambios en el cristalino de los ojos se han observado en pacientes durante la terapia a largo plazo y en perros se han desarrollado cataratas durante la terapia crónica. Se recomienda exámenes oftalmológicos regulares durante el tratamiento. Aquellas que indican la necesidad de atención médica sólo si continúan o causan molestias: Incidencia más frecuente. Constipación; mareos; somnolencia; boca seca; dispepsia (indigestión); aumento de peso. Nota: La dispepsia y el aumento de peso están relacionados con la dosis. Incidencia menos frecuente. Dolor abdominal; visión anormal; anorexia (disminución del apetito); astenia (disminución de la fuerza y energía); cefalea; hipertonía (aumento del tono muscular); sudoración incrementada; palpitaciones; faringitis; rinitis. Nota: El dolor abdominal está relacionado con la dosis. Otras: Hipertensión; ansiedad; mialgia; dolor ótico; neutropenia; eosinofilia (ocasional); posible prolongación del intervalo QT; priapismo (bien raro).

Precauciones.

Los pacientes que tienen factores de riesgo de diabetes, como obesidad o una historia familiar de diabetes e inician tratamiento con antipsicóticos atípicos, deberían realizarse pruebas de glicemia al inicio del tratamiento y después efectuarse controles periódicos con la finalidad de disminuir el riesgo de desarrollar complicaciones metabólicas serias. Todos los pacientes tratados con antipsicóticos atípicos deben ser supervisados con el objetivo de hallar tempranamente la aparición de síntomas de hiperglicemia como polidipsia, poliuria, polifagia o debilidad. En caso de desarrollar los síntomas de hiperglicemia debe realizárseles pruebas de glucosa en sangre en ayunas. Carcinogenicidad / tumorigenicidad: Se ha encontrado incrementos estadísticamente significativos de la incidencia de adenomas de células foliculares de la glándula tiroides en ratones y ratas machos, posiblemente como resultado de la estimulación crónica de la glándula tiroides por la hormona tiroestimulante. En ratas hembras se ha encontrado incrementos estadísticamente significativos de la incidencia de adenocarcinomas de la glándula mamaria, que se considera que son mediados por la prolactina. La relevancia de estos hallazgos en humanos es desconocida. Mutagenicidad: La quetiapina produjo un incremento reproducible de las mutaciones en 1 de 6 cepas en ensayos de mutación de genes bacterianos in vitroen presencia de activación metabólica. Los ensayos de aberración cromosómica in vitroen cultivos de linfocitos humanos y un ensayo de micronúcleos in vivoen ratas no encontraron evidencia de un potencial clastogénico. Gestación: No se han realizado estudios adecuados y bien controlados en humanos. La quetiapina no mostró un potencial teratogénico en ratas y conejos durante el período de organogénesis. Sin embargo, en ratas se encontró un retardo de la osificación esquelética en los fetos. También, se encontró una disminución del peso corporal fetal y una reducción de la ganancia de peso materno y/o un incremento de las muertes maternas con las dosis más altas. En conejos se encontró resultados similares. Categoría C de la FDA para la gestación. Lactancia materna: La quetiapina se distribuye en la leche de los animales. No se sabe si se distribuye en la leche materna humana, pero no se recomienda dar de lactar mientras se toma quetiapina. Pediatría: No hay información disponible sobre la relación de la edad con los efectos de la quetiapina. No se ha establecido la seguridad ni la eficacia de su empleo. Geriatría: En los estudios que incluyeron sujetos de 65 años de edad y mayores, no se ha encontrado problemas específicos que limiten la utilidad de la quetiapina en ancianos. Sin embargo, la depuración media plasmática de la quetiapina en ancianos fue 30 a 50% menor que en sujetos jóvenes. Puede ser necesario una reducción de la dosis inicial y de las dosis objetivo y una titulación más lenta de la dosis en pacientes ancianos. Vigilancia del paciente: Debe medirse los valores de transaminasas antes de iniciar el tratamiento con quetiapina en pacientes con una alteración de la función hepática o con sospecha de ella; debe reevaluarse periódicamente a estos pacientes así como a los pacientes que desarrollan signos y síntomas sugestivos de un trastorno hepático de inicio reciente. Se recomienda una supervisión cuidadosa de los pacientes con tendencias suicidas, especialmente en pacientes de alto riesgo, ya que la posibilidad de un intento suicida es inherente a la esquizofrenia; se debe prescribir la menor cantidad de medicación necesaria para el manejo adecuado del paciente para prevenir la sobredosis. Se recomienda exámenes del cristalino del ojo con lámpara de hendidura al inicio y cada 6 meses durante el tratamiento con quetiapina; se ha visto alteraciones del cristalino durante la terapia prolongada y cataratas en perros. Usar con cuidado en pacientes con intolerancia a la lactosa.

Advertencias.

Estudios epidemiológicos sugieren que el riesgo de hiperglicemia y diabetes aumenta en pacientes que ingieren antipsicóticos atípicos, llegando en algunos casos a producir hiperglicemia extrema, asociada incluso a cetoacidosis y hasta coma hiperosmolar o la muerte. Los pacientes que usan estos medicamentos se les debe controlar los niveles de glicemia y es prudente supervisar a los pacientes tratados con antipsicóticos atípicos en relación a la aparición de signos y síntomas de diabetes. Los pacientes diabéticos que inician tratamiento con antipsicóticos atípicos deben ser supervisados con regularidad con la finalidad de realizar un control adecuado de la glicemia. Posibilidad de somnolencia, especialmente durante los primeros 3 a 5 días de terapia; cuidado si se maneja vehículos, opera maquinaria o realiza cualquier otra actividad que requiera de un estado de alerta. Posibilidad de hipotensión ortostática; levantarse lentamente desde una posición de sentado o echado. Posible alteración de la habilidad para regular la temperatura corporal central; evitar el sobrecalentamiento y la deshidratación. Evitar el uso de bebidas alcohólicas; no tomar otros depresores del sistema nervioso central a menos que sean prescritos por el médico. Según estudios post comercialización se ha observado en pacientes ancianos con psicosis relacionada a demencia tratados con antipsicóticos atípicos o convencionales, que existe un mayor riesgo de mortalidad. En la actualidad no existe ningún medicamento aprobado para el tratamiento de los signos y síntomas de psicosis en pacientes adultos mayores con demencia. Los fármacos antipsicóticos convencionales y atípicos no han sido aprobados para el tratamiento de la psicosis relacionada a demencia en ancianos. Para estos pacientes los profesionales de la salud deben considerar otras opciones de tratamiento.

Interacciones.

Alcohol; u otros medicamentos que producen depresión del sistema nervioso central (SNC) (la quetiapina potencia los efectos cognitivos y motores del alcohol). Agentes antihipertensivos (efectos hipotensivos incrementados). Cimetidina (disminuye la depuración de la quetiapina en 20%). Inhibidores de las isoenzimas del citocromo P450 3A (CYP3A), tales como claritromicina, diltiazem, eritromicina, fluconazol, itraconazol, ketoconazol, nefazodona, verapamilo (se recomienda cuidado porque en la ruta principal del metabolismo de la quetiapina interviene el CYP3A4). Agonistas de la dopamina; o levodopa (la quetiapina puede antagonizar los efectos de estos medicamentos). Inductores enzimáticos del citocromo P450 hepático (la fenitoína incrementa la depuración de la quetiapina en 5 veces; puede requerirse dosis mayores de quetiapina cuando se emplea con inductores enzimáticos; puede requerirse una disminución de la dosis de la quetiapina cuando se discontinúa un inductor enzimático). Lorazepam (disminuye la depuración del lorazepam en 20%). Tioridazina (incrementa la depuración de la quetiapina en 65%). Alteraciones de laboratorio: Elevación de los valores de alanina-aminotransferasa, aspartato-aminotransferasa y gammaglutamiltranspeptidasa, en forma asintomática. Se ha descrito leucopenia, neutropenia y eosinofilia transitorias. El colesterol total puede incrementar en 11% y los triglicéridos en 17%. Con dosis altas se ha descrito una disminución de las concentraciones de tiroxina (T4) total y libre de aproximadamente 20%, pero en algunos casos fue ≥50%, relacionada con la dosis; 0,4% de los pacientes experimentaron un incremento de las concentraciones de la tirotropina (TSH) y algunos de ellos requirieron terapia de reemplazo con hormona tiroidea.

Incompatibilidades.

No han sido descritas.

Sobredosificación.

Nota: Los efectos de la sobredosis pueden ser similares a los efectos adversos que se experimenta con las dosis terapéuticas, pero pueden ser más severos o varios efectos pueden ocurrir simultáneamente. Los efectos clínicos de la sobredosis aguda incluyen somnolencia; bloqueo cardiaco (latidos lentos o irregulares); hipotensión; hipocaliemia (debilidad); taquicardia. Nota: El bloqueo cardiaco de primer grado y la hipocaliemia fueron observados en un paciente después de una sobredosis estimada de 9600 mg de quetiapina. Se han tomado dosis en exceso de 10 gramos; los pacientes se han recuperado sin secuelas y no se ha comunicado de fatalidades. El tratamiento es sintomático y de soporte. Para disminuir la absorción:Debe considerarse el lavado gástrico, después de la intubación en pacientes inconscientes y la administración de carbón activado con un laxante. No se recomienda inducir la emesis debido al riesgo de aspiración si el paciente está soporoso o experimenta convulsiones o reacciones distónicas de la cabeza y el cuello. Tratamiento específico: Administrar terapia antiarrítmica si es necesario. Sin embargo, la disopiramida, procainamida y quinidina tienen el potencial de aumentar el posible intervalo QT prolongado por la sobredosis de quetiapina. También, el bretilio puede aumentar el efecto hipotensivo de la quetiapina, debido a un bloqueo aditivo de los receptores alfa-adrenérgicos. La hipotensión puede tratarse con fluidos intravenosos y/o agentes simpaticomiméticos. Sin embargo, la epinefrina y la dopamina pueden exacerbar la hipotensión a través de la estimulación beta-adrenérgica en presencia de un bloqueo de receptores alfa-adrenérgicos inducido por la quetiapina. Debe administrarse medicación anticolinérgica (antidiscinética), en presencia de síntomas extrapiramidales severos. Vigilancia: Se recomienda una vigilancia continua del electrocardiograma para detectar posibles arritmias. Cuidado de soporte: Establecer y mantener una vía aérea y asegurar una oxigenación y ventilación adecuadas. Los pacientes en quienes se sospeche o confirme que la sobredosis fue intencional deben ser referidos a una consulta psiquiátrica.

Presentación.

Comprimidos Recubiertos x 30.

300mg

Antipsicótico.

Composición.

Cada comprimido recubierto contiene 346,5 mg de quetiapina fumarato equivalente a 300 mg de quetiapina, excipientes c.s.p.

Farmacología.

La quetiapina es una agente antipsicótico derivado de la dibenzotiazepina. Es farmacológicamente similar a la clozapina pero difiere de otros agentes antipsicóticos y por ello es considerado un agente antipsicótico atípico. El mecanismo exacto de la acción antipsicótica de la quetiapina es desconocido. Sin embargo, este efecto puede ser mediado a través del antagonismo de los receptores de tipo 2 de la dopamina (D2) y de tipo 2 de la serotonina (5-HT2). La quetiapina es un antagonista de los receptores 5-HT1A y 5-HT2 de la serotonina, D1y D2de la dopamina, H1de la histamina y alfa1y alfa2adrenérgicos. No tiene afinidad significativa por los receptores colinérgicos muscarínicos o benzodiacepínicos. Los antipsicóticos atípicos pueden ser mejor tolerados que los otros antipsicóticos y los síntomas extrapiramidales pueden ser menos frecuentes que con los antipsicóticos antiguos. Quetiapina causa una pequeña o ninguna elevación de prolactina. Cuando se cambia de otros antipsicóticos la reducción de la prolactina puede incrementar la fertilidad. La guía NICE recomienda que debe considerarse en la esquizofrenia a los antipsicóticos atípicos y entre ellos a la quetiapina en los siguientes casos: Tratamiento de primera línea en esquizofrenia recientemente diagnosticada. Manejo del episodio esquizofrénico agudo cuando no es posible discutir con el paciente. En pacientes que sufren efectos adversos inaceptables con los antipsicóticos convencionales. En caso de recaídas cuyos síntomas fueron previamente inadecuadamente controlados.

Indicaciones.

Tratamiento de los trastornos psicóticos como la esquizofrenia. Tratamiento de episodios de manía solo o con estabilizadores del comportamiento.

Dosificación.

Vía oral. En esquizofrenia: 25 mg dos veces al día el primer día, aumentando a 50 mg dos veces al día el segundo día y a 100 mg dos veces al día el tercer día. El cuarto día 150 mg dos veces al día, luego ajustar según la respuesta a un rango usual de 300 a 450 mg diario en dos dosis divididas. Máximo 750 mg diario. Ancianos,al inicio 25 mg diario en una sola dosis, aumentando en pasos de 25-50 mg diario en dos dosis divididas. Niños y adolescentes:no se recomienda. En manía: 50 mg dos veces al día el primer día, 100 mg dos veces al día el segundo día, 150 mg dos veces al día el tercer día, 200 mg dos veces al día el cuarto día, luego ajustar de acuerdo a la respuesta en pasos de hasta 200 mg diario hasta un máximo de 800 mg diario en un rango usual de 400-800 mg diario en dos dosis divididas. Ancianos, al inicio 25 mg diario en una sola dosis, aumentando en pasos de 25-50 mg diario en dos dosis divididas. Niños y adolescentes: No se recomienda. En disfunción hepática así como en insuficiencia renal, se recomienda una dosis inicial de 25 mg diario aumentando diariamente en pasos de 25 a 50 mg.

Contraindicaciones.

Está contraindicado el uso de antipsicóticos atípicos o de segunda generación en pacientes ancianos con demencia y que manifiestan psicosis o cambio en el comportamiento de tipo psicótico. Los estudios clínicos con estos fármacos en esta población han mostrado una mayor tasa de mortalidad asociada a su uso en comparación con los pacientes que recibían placebo. Se emplearán con precaución cuando se prescriban con otros fármacos que prolongan el intervalo QT. Enfermedad cardiovascular, historia de epilepsia y en pacientes geriátricos.

Reacciones adversas.

Los efectos colaterales incluyen ganancia de peso, mareo, hipotensión postural (especialmente durante la titulación de la dosis inicial) lo cual puede asociarse con síncope o taquicardia refleja en algunos pacientes, síntomas extrapiramidales (generalmente leves y pasajeros que responden a una reducción de la dosis o a un fármaco antimuscarínico) y ocasionalmente discinesia tardía en administración prolongada (suspender el fármaco ante la aparición de signos tempranos). Vigilar el peso y la glucosa plasmática puede identificar el desarrollo de hiperglucemia. Rara vez se ha reportado el síndrome neuroléptico maligno. Ocasionalmente se ha reportado somnolencia, dispepsia, constipación, boca seca, astenia leve, rinitis, taquicardia, leucopenia, neutropenia y eosinofilia. Concentraciones plasmáticas elevadas de colesterol y triglicéridos, concentraciones plasmáticas reducidas de hormonas tiroideas, posible prolongación del intervalo QT, rara vez edema, muy rara vez priapismo.

Precauciones.

Los pacientes que tienen factores de riesgo de diabetes, como obesidad o una historia familiar de diabetes e inician tratamiento con antipsicóticos atípicos, deberían realizarse pruebas de glicemia al inicio del tratamiento y después efectuarse controles periódicos con la finalidad de disminuir el riesgo de desarrollar complicaciones metabólicas serias. Todos los pacientes tratados con antipsicóticos atípicos deben ser supervisados con el objetivo de hallar tempranamente la aparición de síntomas de hiperglicemia como polidipsia, poliuria, polifagia o debilidad. En caso de desarrollar los síntomas de hiperglicemia debe realizárseles pruebas de glucosa en sangre en ayunas. Gestación: El fabricante aconseja emplearlo solo si el beneficio potencial sobrepasa al riesgo. Lactancia materna: No existe información disponible. El fabricante recomienda evitar el fármaco. Usar con cuidado en pacientes con intolerancia a la lactosa.

Advertencias.

Estudios epidemiológicos sugieren que el riesgo de hiperglicemia y diabetes aumenta en pacientes que ingieren antipsicóticos atípicos, llegando en algunos casos a producir hiperglicemia extrema, asociada incluso a cetoacidosis y hasta coma hiperosmolar o la muerte. Los pacientes que usan estos medicamentos se les debe controlar los niveles de glicemia y es prudente supervisar a los pacientes tratados con antipsicóticos atípicos en relación a la aparición de signos y síntomas de diabetes. Los pacientes diabéticos que inician tratamiento con antipsicóticos atípicos deben ser supervisados con regularidad con la finalidad de realizar un control adecuado de la glicemia. Los antipsicóticos atípicos pueden afectar la realización de tareas como manejar vehículos. Los efectos del alcohol se incrementan. El retiro de medicamentos antipsicóticos después de terapia prolongada siempre debe ser gradual y vigilado de cerca, para evitar el riesgo de síndromes agudos de abstinencia o recaídas rápidas. Según estudios post comercialización se ha observado en pacientes ancianos con psicosis relacionada a demencia tratados con antipsicóticos atípicos o convencionales, que existe un mayor riesgo de mortalidad. En la actualidad no existe ningún medicamento aprobado para el tratamiento de los signos y síntomas de psicosis en pacientes adultos mayores con demencia. Los fármacos antipsicóticos convencionales y atípicos no han sido aprobados para el tratamiento de la psicosis relacionada a demencia en ancianos. Para éstos pacientes los profesionales de la salud deben considerar otras opciones de tratamiento.

Interacciones.

Nota: El riesgo de toxicidad está aumentado con fármacos mielosupresores. Con alcohol, aumenta el efecto sedante. Con inhibidores ECA, bloqueadores alfa, antagonistas de los receptores de angiotensina II, bloqueadores de los canales de calcio, anestésicos generales y analgésicos opioides, aumenta el efecto hipotensivo. Los antibacterianos macrólidos aumentan la concentración de quetiapina. Reducir la dosis de ésta. El metabolismo de quetiapina es acelerado por antiepilépticos como la carbamazepina y fenitoína. La concentración plasmática de quetiapina aumenta posiblemente con los antimicóticos imidazólicos y triazolicos. Reducir la dosis de quetiapina. Con ansiolíticos e hipnóticos aumenta el efecto sedante. Los antipsicóticos antagonizan los efectos anticonvulsivantes de los barbitúricos. Cuando se administran antipsicóticos con dopaminérgicos como amantadina, aumenta el riesgo de efectos extrapiramidales colaterales. También los antipsicóticos los efectos de apomorfina. Memantina reduce los efectos de los antipsicóticos. Con metildopa aumenta el efecto hipotensivo y el riesgo de efectos extrapiramidales. Evitar el uso concomitante de los antipsicóticos con sibutramina pues aumenta el riesgo de toxicidad del SNC. Los antipsicóticos posiblemente aumentan los efectos del sodio oxybato. Los antipsicóticos antagonizan el efecto hipertensivo de los simpaticomiméticos.

Incompatibilidades.

No han sido descritas.

Sobredosificación.

No se ha descrito.

Presentación.

Comprimidos recubiertos x 30.

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